No, no salí en la tele, al menos no estos días, pero lo que quiero contar tiene que ver con la necesidad de “salir en la tele”, o en otras palabras, hacer que hablen de uno y de lo que hacemos.
Hace poco más de una semana se publicó una pequeña reseña del trabajo voluntario que realizo, enfocada en su arista de la defensa de los derechos humanos. Suena quizás un poco pomposo ponerlo en esos términos pero yo no lo decidí. Diría, para seguir con la idea del título, que es una especie de modesta pero no menos valiosa “salida en la tele”.
En lo personal, si bien casi todas las cosas que hago tienen relación con uno u otro derecho humano, no me autotitularía defensor de los derechos humanos. He conocido gente que realmente lucha por esos derechos y ha tenido que enfrentar persecución y cárcel, por lo que me queda claro cuál es la diferencia.
Sin ir muy lejos, mi compañera viene haciendo desde hace años una gran labor en pro de los derechos humanos, trabajando con poblaciones afectadas tanto por la guerrilla como por los paramilitares, liderando proyectos de memoria y reconciliación, capacitando comunidades subrepresentadas en temas de ciudadanía, representación e incidencia. Pero ella no sale en la tele.
Ojo aquí. No es que ella ande desesperada buscando ser entrevistada, para nada. Desde hace años mantiene conscientemente un perfil bajo, muy bajo, con casi nula actividad en redes sociales. Y en estos tiempos eso es muy malo para crear una imagen, sobre todo si eres profesional. Es lo que los marketeros llaman “branding” o marca personal.
Por supuesto que se puede hacer una buena carrera sin necesidad de dedicarle tiempo a dar a conocer lo que uno hace, pero lo repito, ayuda. Cada vez más los posibles empleadores googlean tu nombre y buscan tus redes sociales al revisar un CV, de hecho en otras parte del mundo ya es la norma. Tu identidad virtual es tan importante como tu identidad real.
Es evidente que no todos tenemos que volvernos youtubers enloquecidos publicando videos todos los días ni ticktockers con filtros bailando el último desafío de moda. Pero mantener presencia en Facebook y Linkedin con los contactos laborales adecuados es lo mínimo deseable. Dependiendo del campo laboral al que te dediques, Twitter o Instagram pueden ser lo tuyo.
En cuanto al ritmo de publicación pues depende, no necesariamente publicar mucho es mejor, es importante incluso saber cuál es el mejor momento para publicar, pero sobre todo, hay que cuidar los detalles, trátese de textos o material gráfico.
Y bueno, como dar consejos sin que te los pidan es de lo peor que se puede hacer, lo dejo ahí. Eso si, no hace falta quitarse la ropa para salir en la tele.
¡Gracias por leer! Nuevamente me demoré más de lo acordado en volver a entregarles una lectura, y como esta vez nadie me escribió preguntando qué había pasado, asumo que no me han extrañado mucho… :) Las novedades son que ya recibí la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 y tengo la fecha para la segunda dosis, así que a seguir cuidándose y a esperar tranquilito nomás.
En lo que respecta a mi pobre Perú, pues la incertidumbre política continúa y se ha transformado en un enfrentamiento de antis: cada lado quiere hacer desaparecer al otro. Convivir parece que se va a volver algo muy difícil. Se necesita respeto a las leyes y a las reglas, y trabajar con un objetivo que incluya a todos los peruanos no solo a parte de ellos.
Tengo un par de posts nuevos en el blog, así que se los comparto:
El primero es parte de una serie que inicié sobre hackerspaces, coworkings y labs. En esta ocasión conversé con mi amigo Iván Terceros sobre su OpenlabEc en Quito, Ecuador.
OpenlabEc, un espacio de encuentro comunitario desde la virtualidad
El segundo es un articulillo que se me había quedado en la nevera y ya decidí sacarlo de una buena vez:
10 newsletters en español en Substack que te estás perdiendo
Como sigo ocioso en Youtube, esta vez, y para estar acorde al tema de hoy del boletín, les dejo la participación que tuve en un evento del Sistema de Bibliotecas de Medellín por el Dia de Internet el pasado 20 de mayo. (O sea que a fin de cuentas si salí en la tele… o algo parecido).
Ah, la portada del video está errada, corresponde al evento del día anterior, pero sí es el video correcto.
Desde Instagram les comparto esta foto tomada en el Mali de Lima en una mañana sin sol de enero del año pasado, antes de la pandemia.
Y para terminar inauguro sección, acá intentaré poner algunos de los artículos o cosas en general que más me han gustado de lo visto en Internet desde el anterior boletín. Sólo algunos, porque si pusiera siquiera el diez por ciento de lo visto la lista sería kilométrica.
La comunidad que vive con los hipopótamos: historia de tráfico de crías, un gran asado de carne exótica y juegos mortales
Todos conocemos a Pablo Escobar, aunque sea por las series que lo tienen como personaje, pero no todos sabemos de los hipopótamos que llevó de Africa a Colombia. Sumérjanse en esta historia, escrita de forma sumamente amena e interesante,
Rey Enigma, el maestro del ajedrez que recorre Madrid y promete 100 euros a quien le gane
Hablando de series, vieron ¿Gambito de Dama? entonces les gustará leer este artículo. De solo ver las fotos me dan ganas de que haya un Rey Enigma en todas las ciudades del mundo.
Loki: Dentro de la absurda polémica sobre su género fluido
Este es para los fans de las series y de Marvel, pero que no se hayan leido los cómics. El artículo fue escrito antes del estreno de Loki, pero es muy informativo y si sigues la serie, debes leerlo, sobre todo ahora que ya apareció Lady Loki.
Y esto es todo.
¡Que tengan un buen día!
Te escribo una notica corta por estos medios, ahora que pude leer las últimas dos entregas de cyberjuan.
Qué grato fue conocer de la iniciativa de "voluntariado digital" -como la llamás-, y de lo que ha logrado en distintos ámbitos.
También me alegró y dejó pensativo la que dedicaste a "Salir en la tele". Hay tanto que se hace, hay tantos que lo hacen con pasión y entrega, y no hay para ellos ningún reflector; tampoco sienten la necesidad de que los acechen.
Excelente tematica en los articulos, y el estilo de redaccion en si, convierte la lectura en un deporte mental por lo agilidad que produce.